El Juego para el jugador compulsivo se define como sigue: Cualquier apuesta o participación en apuesta, para sí mismo o para otros, sea por dinero o no, no importa lo pequeña o insignificante que sea, donde el resultado sea incierto, dependa del azar o de la habilidad, constituye jugar.
Jugar de manera compulsiva es una enfermedad de naturaleza progresiva que nunca puede curarse, pero que puede detenerse. Antes de venir a Jugadores Anónimos muchos jugadores compulsivos se veían a sí mismos como personas moralmente débiles, y a veces simplemente “sin valor alguno”. El concepto de Jugadores Anónimos es que los jugadores compulsivos son en realidad personas enfermas, que pueden recuperarse si siguen un programa sencillo que ha demostrado tener éxito para miles de hombres y mujeres con problemas de adicción al juego y que son jugadores compulsivos.
El jugador compulsivo, necesita aceptar el hecho que él o ella se encuentra en las garras de una enfermedad progresiva y tener el deseo de recuperarse. Nuestra experiencia, ha demostrado que el Programa de Jugadores Anónimos, siempre funcionará para cualquier persona que tenga el deseo de dejar de jugar. Sin embargo, nunca funcionará para la persona que no se enfrenta honestamente y acepta que padece esta enfermedad.
Sólo tú puedes tomar esa decisión, la mayoría de personas, recurren a Jugadores Anónimos cuando admiten que el juego les ha derrotado. En Jugadores Anónimos, también se describe a un jugador compulsivo como a una persona cuya afición a jugar le ha causado un número creciente y constante de problemas en todas las áreas de su vida. Antes de que estuvieran listos para aceptar ayuda, muchos miembros de Jugadores Anónimos tuvieron que pasar por experiencias terribles. Otros se enfrentaron a un deterioro lento y gradual que los llevó hasta el punto en que finalmente admitieron la derrota.
Uno consigue dejar de jugar por medio de un cambio progresivo de carácter dentro de sí mismo. Esto puede lograrse teniendo fe y siguiendo los principios básicos del Programa de Recuperación de Jugadores Anónimos. No hay caminos cortos para alcanzar esta fe y entendimiento. Para recuperarse de una de las adicciones más incomprensibles, insidiosas y compulsivas es necesario un esfuerzo diligente. La Honestidad, la Receptividad y la Voluntad, son las palabras claves en nuestra recuperación.
Esta es otra característica común de los jugadores compulsivos. Se pasan mucho tiempo creándose imágenes de las grandes y maravillosas cosas que van a hacer cuando tengan una gran ganancia. A menudo, se ven así mismos como personas filantrópicas y simpáticas. Sueñan a veces con regalar coches nuevos, abrigos de piel fina y otros lujos a sus familiares y amigos. Los jugadores compulsivos, se imaginan viviendo una vida cómoda y elegante, que se hará posible gracias a las enormes cantidades de dinero que ganarán con su “sistema” de juego. Tener empleados, apartamentos de lujo, buena ropa, amigos encantadores, yates y hacer recorridos por el mundo, son algunas de las cosas maravillosas que están a la vuelta de la esquina, una vez que finalmente obtengan grandes ganancias. Pero patéticamente, nunca parece que una ganancia sea lo suficientemente grande para poder hacer realidad el más pequeño de sus sueños. Cuando los jugadores compulsivos tienen éxito, juegan para tener sueños más grandes, cuando fracasan, juegan con desesperación irresponsable y las profundidades de su desdicha son insondables al venírseles abajo su mundo de sueños. Tristemente, lucharán por recuperarse, teniendo más sueños y por supuesto, sufrirán más desdichas. Nadie puede convencerles de que nunca se harán realidad sus grandes planes. Ellos creen, que éstos si se harán realidad, ya que sin su mundo de sueños, la vida para ellos no sería tolerable.
Quizá, sin embargo, en relación al dejar de jugar, muchos miembros de Jugadores Anónimos, se han abstenido de jugar sin el beneficio de saber por qué jugaban.
No, el jugar de manera compulsiva es un problema emocional. Una persona que está en las garras de esta enfermedad, se crea montañas de problemas sin solución aparente. Por supuesto, se crean problemas financieros, pero también se crean problemas conyugales, laborales o legales. Los jugadores compulsivos se dan cuenta que han perdido a sus amigos y que los familiares los rechazan. De los muchos problemas serios que se crearon, los financieros parecen ser los más fáciles de resolver. Cuando un jugador compulsivo se hace miembro de Jugadores Anónimos y deja de jugar, los ingresos, usualmente, aumentan y ya no tiene el gasto que le causaba la adicción al juego y muy pronto, las presiones financieras empiezan a disminuir. Los miembros de Jugadores Anónimos se han dado cuenta que el mejor camino para la recuperación financiera, es por medio del trabajo y del pago de nuestras deudas. Pedir prestado y/o prestar (sacar de apuros a alguien) en Jugadores Anónimos es perjudicial para nuestra recuperación y no debería hacerse. El problema al que tendrá que enfrentarse, el que más tiempo lleva y también el más difícil, es el realizar un cambio de carácter dentro de sí mismo. La mayoría de miembros de Jugadores Anónimos ven en este propósito su reto más grande, uno al que deben dedicarse de inmediato y enfrentarse durante el resto de sus vidas.
Creemos, que la mayoría de los jugadores compulsivos, si son honestos, reconocerán su falta de fuerza de voluntad para resolver ciertos problemas. En relación a la adicción al juego, hemos conocido a muchos jugadores compulsivos que se abstuvieron por largos periodos de tiempo, pero en un descuido y, bajo una serie de circunstancias propicias, volvieron a jugar sin pensar en las consecuencias. La defensa de la que se valieron, sólo a través de la fuerza de voluntad, cedió ante alguna razón trivial para volver a jugar. Nos hemos dado cuenta que la fuerza de voluntad y el conocimiento propio por sí solos, no ayudarán en los espacios mentales vacíos, pero sí parece resolver nuestros problemas el adherirse a ciertos principios espirituales. La mayoría de nosotros, pensamos que es necesario creer en un Poder más grande que nosotros a fin de mantener el deseo de no jugar.
Sí, algunos jugadores compulsivos, que se unieron a Jugadores Anónimos nos dicen que sólo jugaban periódicamente, pero que no obstante, los intervalos entre una y otra partida, no eran periodos propicios para pensamientos constructivos. Los síntomas registrados durante esos periodos fueron de nerviosismo, irritabilidad, frustración, indecisión y un continuo deterioro en sus relaciones personales. Estas mismas personas, han encontrado la respuesta y una guía en el Programa de Jugadores Anónimos, para la eliminación de los defectos de carácter y para progresar moralmente en sus vidas.
Significa exactamente eso. Se tiene que poner fin al juego en algún momento y los miembros de Jugadores Anónimos se han dado cuenta, que lo que hay que evitar es la primera moneda que se juega, aun si la apuesta es tan insignificante como jugarse un café.
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